Ante los hechos sucedidos en las últimas semanas nos vemos en la obligación de hacer la siguiente declaración a la opinión pública:

En primer, lugar, ante el Informe del Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño en el que se denuncia al Vaticano como encubridor de casos de pederastia en la Iglesia Católica, denunciamos esta actitud encubridora del poder eclesiástico durante décadas y reconocemos que debería poner en manos de las autoridades civiles a todos aquellos responsables de estos crímenes para que puedan ser juzgados por los tribunales ordinarios.

Además el Vaticano debe adoptar medidas eficaces para evitar que en el futuro se puedan volver a repetir casos semejantes, como puede ser un replanteamiento teórico-práctico de la legislación canónica sobre el celibato sacerdotal al objeto de que tenga un carácter opcional.

Por otra parte, nos pronunciamos en contra de los “códigos de silencio” y la defensa de la impunidad de los pederastas y proclamamos rotundamente la dignidad de los pequeños, sobre todo en cuanto víctimas de estos abusos.

En nuestra plegaria cotidiana pedimos que se haga la voluntad del Padre, “así en la tierra como en el cielo”, voluntad que de hecho se ha concretar en el respeto por los pequeños y los emigrantes que van huyendo de las guerras y del hambre.

Signat: Francisco Tauste Alcocer

El éxodo migratorio hacia el norte de África, en la frontera sur con la UE, es un tragedia continua, que últimamente, la semana pasada, se ha materializado en las playas de Ceuta con al menos 15 subsaharianos ahogados.

Al lanzarse al agua una masa considerable de estos emigrantes, las fuerzas de seguridad españolas y marroquíes intentaron detenerles y “disuadirles” con material antidisturbios.

Estas nuevas muertes injustas ponen de manifiesto que la única política migratoria que hay en el Estado español es la pura represión y los muros y alambradas con sus correspondientes cuchillas. Cuando las fronteras están bloqueadas la masa migratoria busca otras oportunidades.

A estos inmigrantes, tanto los que huyen de zonas de guerra como del hambre, se les ha de aplicar un trato humanitario y un reconocimiento de su dignidad como personas que se ha de concretar en una legislación conforme a dicha dignidad.

Denunciamos la actuación de las fuerzas de seguridad del estado en la resolución de este conflicto fronterizo con los emigrantes.

En nuestra plegaria cotidiana pedimos que se haga la voluntad del Padre, “así en la tierra como en el cielo”, voluntad que de hecho se ha concretar en el respeto por los pequeños y los emigrantes que van huyendo de las guerras y del hambre.

Signat: Francisco Tauste Alcocer