LA NOCHE DE LA GRACIA EN LA LUZ DE LA DESGRACIA
Asunción, sacrificio y revolución.
A la mujer y a María

“Virgen Santa del Rosario,
te lo pido ya de veras:
¡que se abran los molinos
pa que s'acabe esta hambrera!”
(Versos de hambre de un farmacéutico de pueblo en la postguerra)

Llenó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías.
(El cántico de María)


1. Hay noches y noches. Las hay que pertenecen a los amantes, otras preceden a la batallas y existen aquellas que no tienen mañana.
Tumbado en la playa junto a tu compañera bajo un cielo lleno de estrellas sientes la frescura de la noche y sus susurros marinos. Se hace ese silencio tan nuestro, y tan esperado como ansiado. Entonces el pensamiento, el deseo, la pasión vuelan como polvo celeste saliendo de tu pecho hacia la noche sin oscuridad, llena de luz. Las pocas palabras se hacen de piel y la piel sonidos que son palabras. Obededes y amas, amas y obedeces, y el tiempo deja de existir. Todo es inteligente, tú también; todo es verdadero, tú también; todo es bello, tú también; todo es bueno y tú también. La Misericordia, real, , sin saber de quién, está en ti en ella –en ella en ti–. Tocas su firmeza, su fidelidad, su realidad. Y es justa porque es buena, porque está bien, porque une sin dividir, a nadie quita para ser en ti en ella. La gratitud besa sus labios y la gratuidad nuestros ojos transformados en hogar, las rocas condescendientes se dan en lecho y los cuerpos se abandonan en bondad fundida. Basta a los amantes una noche de Gracia para inundar de alegría y bondad su ser; de fe y esperanza el porvenir; de realidad inmaculada su vida; de respeto, dignidad y derecho su humanidad.

–“¿Qué estaríamos dispuestos a hacer si alguién prohibiera la noche de Gracia de los amantes? ¿Si alguien condenara a los amantes a vivir sin su noche? ¿Sobrevivirían? ¿No estaríamos ante la muerte más horrible?”.

Hay noches que preceden a una gran batalla. En ellas no cabe la razón, deviene inútil e impotente ante la locura que se avecina, su lugar está con la táctica y la estategia, diseñando los peones que serán sacrificados a los pies del rey y la violencia de la reina. Lo mejor que puede hacer es dormir y estar en condiciones para cumplir su cometido con el alba. La embriaguez puede ayudarnos, con sus rituales, a morir ahora lo que mataremos mañana en nosostros en nuestros enemigos, adquiriendo la lógica del criminal que nos haga ignorar que todo aquel que muera mañana lleva en su bolsillo, junto al pecho, la fotografia de su familia, la carta de su novia. Nuestro enemigo no es un semejante, es un objetivo a batir, una imagen, una quimera. Pero cuando la persona muere, sin que muera el hombre, todo está permitido y no hay retorno, nadie se recuperó jamás de esta pérdida, ni regresó de ese infierno. Las heridas pueden cerrarse pero el dolor permanece y sus señales quedan, por eso es tan importante el perdón.
¿Cómo pasarán la noche nuestros amantes? El tiempo pasa, no se detiene, se desangra gota a gota mirando los pasos del alba cada vez más cerca. Sólo cuentan con la cordura dada en su noche de Gracia. La cordura es la única que puede ayudarles en esta noche triste contra la locura, ya sea con la sinrazón o con la razón. Ella es la única que sabe qué hay que hacer ante el dilema vivir o morir, para que el corazón de la persona y su noche de Gracia no mueran. Los amantes ya saben que no pueden embriagarse en un abrazo de olvido de la batalla que se acerca. La noche de su Gracia no les ofreció un recuerdo, sino una realidad de amor y ser, luz de verdad y humanidad viva. Nuestros amantes pasarán la noche en vela acometiendo el dilema de luchar sin matar, de morir, si es necesario, sin perderse el uno al otro: vivir la ausencia del otro sin perder nada de lo que juntos les fue dado. Los amantes no viven de recordar, sino de ser presencia viva del mucho amor que todavía queda por nacer, de la fidelidad que esperan ser, de la justicia que quieren hacerse.

__–“¿Qué podríamos ser y hacer si alguién nos robara la cordura en nuestra noche más triste? ¿No sería la más terrible nuestra muerte?”
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Hay una noche más terrible que la misma muerte, no tiene mañana. La llaman Noche de la Desgracia. En esa noche la Gracia se eclipsa, la cordura se extravía y los amantes se niegan. Tres veces.
Dios se queda solo y, sin cara a cara, Jesús también.
Avergonzados y desnudos, los amantes se cubren con los velos de la huida, el abandono y el engaño. Y huyen...huyen muy lejos, más allá de cualquier lejanía, más allá de la distancia, más allá de los puentes.
Huyen allí donde la Verdad no alcanza, lejos del silencio y sus estrellas del desierto, con mucho ruido, mucha fiesta y demasiadas celebraciones. Ya no comen Maná, se alimentan de símbolos.
Huyen allí donde la Luz no puede, Cubren el sol, apagan las estrellas y encienden las velas. Inventan lo sagrado. Ya no ven, ya no escuchan, ya no sienten...Ya no saben qué es un corazón. Ahora leen, recitan y cantan. Ya no beben el Vino que fluye del Sarmiento, sino el agua sagrada de las Pilas de Piedra, Ídolos letales de un maleficio antiguo.
Huyen allí donde la Vida no brota. A vivir no se llega sino es malmuriendo.
Ya no curan a los enfermos, los cultivan. Dicen que aman, pero no sufren la razón de la enfermedad. Sin embargo, Jesús siempre Curó porque Amó el sufrimiento abismal de los enfermos.
Ya no liberan a los endemoniados, los acompañan. Dicen que así es la Fe., ser el lazarillo de un ciego y un pobre diablo. Sin embargo, Jesús nunca acompañó ni tuvo la Fe de un lazarillo. Creyó en la verdad de la ceguera y le dió la luz, creyó en la verdad del extravío y le dió la cordura. Creyó en su dolor y les dió el Reino que habita en ellos, como la Dama del Lago, como la Bella Durmiente..
Ya no resucitan a los muertos, los entierran con sus vidas. Los viejos amantes lo llaman Esperanza Sin embargo, Jesús nunca enterró, a un muerto, sino que esperaba confiado al Espíritu de Padre soplar sobre la vida dormida en la muerte de los muertos. Y así sucedía: ¡Se levantaban y andaban!
"No existe la muerte, sólo la Caída", es una buen noticia. Esa fue su Esperanza...

__–“¿ Qué será de los amantes si dejan a Dios solo, sin Seguimiento, sin Hogar? –¿Un negro infierno sin destino?
–¿2000 años de historia sagrada para no saber qué hay que hacer hoy, porque queremos un vida propia que siempre perdemos?
–¿Qué fue de los amantes que olvidaron la Buena Noticia abandonando los caminos y sus plazas, huyendo del frío? –Dejaron de seguirle “mar adentro”, “caminado sobre las aguas”, sin miedo agitando tempestades contra el Dinero, César y el Papismo del Templo –como Él hizo–. Aquietando las penas de las pobres almas. Aparentemente sin mañana. Ycon “pan y peces” reparando cuerpos y con las manos “lavando sus pies” –como Él vivió–. Ungió a los pobres como príncipes del Reino y atravesó el mar porque no quiso ser mesias, sino Hijo del Hombre, espíritu del Padre de vida eterna –como él siempre se sintió–.__

P.S.: Padre, en la Noche de la Desgracia, recibe, acepta mi pregaria, mi deseo. “Tú que eres justo y severo” atiende mi ruego, por mí y por los demás, por los que fueron y por los que esperan ser. Te llo pido escucha:

__“Sábana negra en la misericordia:
tu lengua en un idioma ensangrentado.
Sábana aún en la sustancia enferma,
la que llora en tu boca y en la mía
y, atravesando dulcemente llagas,
ata mis huesos a tus huesos humanos.
No mueras más en mí, sal de mi lengua.
Dame la mano para entrar en el frío”...__
(A.GAMONEDA, LIBRO DEL FRÍO)

...NO QUIERO DEJARTE SOLO, ni a solas estar contigo. No quiero privilegios, me quedo aun sin luz en la nieve del invierno, creyendo solo, esperando solo, deseando el mar. ¡O todos o ninguno!